Durante
mi formación establecí una relación con la tecnología a través de las metodologías que me han
permitido diversificar la mirada, hubo docentes que me enseñaron a través de
diferentes estrategias, planteando los contenidos a través de situaciones
problemáticas, proponiendo un debate y análisis profundo de la situación;
algunos profesionales a través de sus experiencias nos enseñaban los contenidos
contextualizándolos y otros traían sus libros amarillos y de allí nos dictaban
para luego tomarnos una evaluación escrita. Pero bueno, creo que lo importante
es poder rescatar de todas las estrategias las más positivas, que nos brinden
herramientas para mejorar nuestras prácticas y poder descartar aquellas que no
son aplicables en este contexto actual.
En esa
época, el uso de la computadora no estaba extendido, pero en la escuela técnica
contábamos con variedad de máquinas herramientas electromecánicas, que son
también objetos tecnológicos, y también
se podía apreciar las diferentes estrategias de los docentes.
En este
sentido, dado que la impericia implica un riesgo físico importante, se mantiene
el acento en la aplicación de las normativas de seguridad e higiene del
trabajo, y la responsabilidad que implica el “saber hacer” utilizando
maquinas-herramientas, insumos peligrosos, y herramientas en general.
La formación
universitaria difiere en cuanto a metodología ampliamente con la escuela
secundaria, allí tuve docentes con los cuales aprendí muchísimo, no solo los
contenidos sino el respeto por la diversidad, la importancia de los trabajos
conjuntos, de la diversidad bibliográfica (hoy casi dejada en el olvido), del
asesoramiento específico, y sobre todo la necesidad de la autogestión. Para
entonces el uso de la computadora consistía en la redacción de documentos como
transcripción de notas y presentaciones de informes importantes.
Por
razones familiares tuve que abandonar la carrera de Ingeniería y volver a Río
Colorado, donde comencé a cursar la carrera de Analista de Sistemas de
Computación y simultáneamente comencé a dar clases en la Escuela Técnica de la
localidad, de la cual egresé. Entonces mi relación con las TIC se afianzó
pudiendo encontrar aplicaciones que se le escapan a un mero usuario y al tiempo
observar la aplicación de estas y otras
herramientas en la práctica docente.
Hoy en
día el uso que hago de la tecnología ocupa la mayoría de mis tareas, tanto
administrativas por mi cargo de Jefa General de Enseñanza Práctica, como en mi
vida diaria, ya que las TIC y el acceso a Internet, están insertos en todos los
ámbitos de la vida escolar y familiar, transformando las relaciones y
actividades de un modo impensado hace apenas unos años. Pero las metodologías de
enseñanza no han tenido esta vertiginosa evolución, sino que podría decirse que
le vienen siguiendo detrás, lentas, pero instalándose en las escuelas por suma necesidad.
Yo creo que es posible
reflexionar sobre la propia práctica, aunque a veces se dificulta el hecho de
que como docentes tengamos una actitud crítica y objetiva, ya que nuestro
análisis está marcado por una moral propia que puede diferir entre distintos
docentes, es decir lo que para un docente puede estar bien, otro lo interpreta
como algo negativo, y en cuanto al tema que nos compete hay quienes creen aún
que el uso de la computadora en el aula reside en el mero entretenimiento.
Yo creo
que nunca dejamos de aprender, y en eso está implícita la importancia de
mantenerse actualizado, y abierto a los cambios no solo en contenidos
conceptuales sino al contexto social en el cual nos desempeñamos, los aspectos
socio-culturales de la región en que estamos, y todos los factores que inciden
en nuestro trabajo.
Excelente recorrido Andrea!
ResponderEliminarTener esta mirada en perspectiva nos permite desnaturalizar ciertos consumos que por la misma practica diaria los tomamos como cotidianos, pero que en definitiva condicionan nuestra practica!